Los capitanes del barco psicodélico que zarpó en televisión
Payo Söchting y Felipe Zegers son los fundadores del estudio creativo Colectivo Bla! que organiza el festival de intervenciones urbanas Hecho En Casa Entel y que ahora desembarcan en televisión abierta con un nuevo programa infantil.
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Pedro y Julia, de 5 y 7 años, se convierten en tripulantes inesperados de una embarcación mágica donde un grupo de sabios guardan los conocimientos más valiosos de épocas remotas. De eso se trata El barco volador, la miniserie que acaba de estrenar TV Educa Chile y que busca acercar a los niños a la música a través de la exploración.
"Psicodelia infantil", lo denominan sus creadores, Payo Söchting (38) y Felipe Zegers (41). "El corazón de El barco volador es que a los niños hay que estimularlos con ideas, colores, música. Veíamos algunos libros infantiles y encontrábamos que hablaban muy básicamente y los niños tienen una imaginación tremenda, entonces quisimos buscar una línea para que ellos mismos encuentren nuevas experiencias", comenta Zegers.
La llegada a televisión abierta representa un nuevo puerto para esta nave creativa que ya ha recorrido una larga ruta. El barco comenzó a aparecer en una serie de dibujos de Payo, que es ilustrador y muralista. Entonces su socio, artista e integrante del dúo electrónico Fulin Lawen, le compuso la música y la historia fue cobrando vida propia.
En 2012 ganaron un Fondart y al año siguiente publicaron el audiolibro Las alucinantes aventuras del barco volador. Al momento de lanzarlo les preguntaron si podían hacer presentaciones en vivo y aunque en ese momento no tenían banda, no tardaron en armarla. Invitaron a músicos como Pol del Sur y ya se han presentado en cuatro ediciones de Kidzapalooza y tienen un álbum con diez canciones llamado El Viaje del Barco Volador. También han publicado videoclips, libros para colorear y manualidades. Todo un universo multiformato que está albergado en www.elbarcovolador.cl.
Pero todavía tenían pendiente la idea de navegar hacia el territorio audiovisual. Fue en conversaciones con TV Educa Chile, canal de televisión abierto que nació al inicio de la pandemia gracias a un acuerdo de los canales que conforman ANATEL, el Ministerio de Educación y el CNTV, que tomó forma la posibilidad de crear cuatro capítulos de El barco volador.
La miniserie despliega una mezcla de técnicas como animación 2D y maquetas de papel, el guión estuvo a cargo del escritor Matías Correa y el director audiovisual del proyecto es Cristóbal Portaluppi. Además contaron con la asesoría de la psicóloga y pedagoga María Jesús López. "Es un trabajo de creatividad pero también de entender cómo conectar con los niños, y educar. Buscamos transmitir la música a través de formas menos rígidas que el Do-Re-Mi. Mostrarles a los niños que los objetos y su propio cuerpo también son instrumentos. Es bonito generar contenido pop educativo incentivando la experimentación", dice Söchting.
Felipe Zegers agrega que fue una interesante experiencia llevar el proyecto al diván. Luego de conversar con la especialista y de mostrarle guiones y videos, ella les entregó dos informes que proponían metodología Dalcroze y Orff, sistemas de aprendizajes modernos derivados del método Suzuki, cuyo énfasis está puesto en la exploración sensorial y física.
"Todo suena" "A todo ritmo", "Todo es baile" y "Todos en armonía" son los primeros cuatro capítulos de la miniserie que invita a los niños a coordinarse para crear ritmos y descubrir sonidos a través de las aventuras de los personajes de la tripulación como el Capitán Eno y Currosa. Desde Colectivo Bla! le auguran un futuro esplendor a las aventuras de El barco volador y cuentan que están trabajando en nuevos episodios, mientras buscan fórmulas de financiamiento y posibles socios. "Este es solo el comienzo de una nueva aventura", coinciden.
El pato de hule gigante que se desinfló en la laguna de la Quinta Normal, inmensos huevos en medio del pavimento y mil pingüinos instalados en el Parque Balmaceda, son algunos de los hitos más llamativos del Colectivo Bla! Söchting y Zegers cumplen 15 años liderando este estudio creativo y han trabajado para clientes como Entel, Canal 13 y CCU, entre otros.
Su mayor proyecto es Hecho en Casa, festival de intervención urbana que convoca a artistas nacionales e internacionales, y que tuvo su primera versión en 2012. Durante los primeros tres años, cuentan sus creadores, se realizó con fondos concursables del gobierno regional y el apoyo del GAM. En un inicio el espíritu era más experimental, pero luego la experiencia fue creciendo y se dieron cuenta que necesitaban de un auspiciador privado que les permitiera organizar las futuras ediciones con mayor tiempo de programación. Ese socio es Entel y este año, debido a las restricciones sanitarias, desarrollaron una versión virtual que está disponible hasta fin de mes y que invita a descargar una app para situar al mismo pato, los huevos fritos o los caracoles, donde uno quiera, a través de realidad aumentada. Es una manera de acercar las obras a las personas a través de la tecnología, generando un nuevo tipo de experiencia, dicen.
"Todos pueden intervenir y participar desde cualquier parte de Chile. Nuestros proyectos necesitan de las personas para existir. Partimos repasando algunos de los iconos del festival y ahora vienen ideas de obras nuevas porque la tecnología da para todo", destaca Zegers.
Ambos socios comentan que durante estos meses de pandemia y confinamiento estuvieron activos desarrollando la versión virtual de Hecho en casa, además del proceso de producción de El barco volador y de material didáctico descargable para acompañar a los niños en sus casas. Se definen como un estudio creativo experimental, pero profesional.
"Evolucionar desde la adversidad es un plus para nosotros porque siempre hemos trabajado así. En las instalaciones en vivo suceden un montón de imprevistos y uno tiene que reaccionar y adaptarse", apunta Payo. También enfatizan que una vez que pase la urgencia del virus, es importante que las personas puedan reencontrarse con la ciudad y por eso han estudiado las experiencias de otros países para ver cómo adaptarse a los nuevos protocolos sin perder la posibilidad de compartir.
"Este tipo de contenido debería ser una marca país. Que Chile sea un lugar donde también suceden cosas creativas. Que nos miren desde afuera y salgamos de la burbuja nacional. La internacionalización nos motiva mucho", afirma el ilustrador. Felipe complementa: "Nos gustan los proyectos que tengan fundamento. Llevamos más de 100 intervenciones trabajando con artistas internacionales, nacionales, emergentes y consagrados. Los espacios públicos son de todos y los ciudadanos debieran poder relacionarse ahí con el arte, y no solo en los museos".
Además el año pasado el Colectivo Bla! lanzó Populart, una plataforma donde comparten información y contenido sobre arte urbano alrededor del mundo. Se dieron cuenta que ellos y el resto del equipo creativo constantemente intercambian y comentan este tipo de obras e intervenciones y decidieron sacarlo del Zoom de trabajo y mostrárselo a las personas a las que pueda interesarle conocer nuevos referentes internacionales.
Colectivo Bla! es contenido positivo y propositivo, definen. Anécdotas tienen muchas. Cuando aparecieron los caracoles sobre el Muelle Vergara una vecina les escribió una carta eterna agradeciéndoles la intervención. Los huevos los instalaron por coincidencia el día que Donald Trump salió electo Presidente de Estados Unidos y Las Últimas Noticias publicó "Estamos fritos". "La gente toma sus propias conclusiones y eso es super bonito porque es cultura. Así se enriquece la sociedad y nos llenamos de contenido. Nos gusta aportar una nota positiva, una sonrisa", aseguran los socios.